De acuerdo al IMSS, tres de cada cuatro trabajadores en México viven con burnout. El desgaste por estrés laboral, o burnout, es muy común en la cultura laboral de nuestra región, y usualmente tardamos mucho en pedir ayuda, lo que hace aún más difícil el tratamiento y la prevención. Por ello es importante estar atentos a las primeras señales, para poder hablar con tu equipo de trabajo en busca de apoyo o buscar ayuda y tratamiento.
Es muy importante que no confundamos el estrés laboral con el burnout: una semana muy difícil o un cierre de mes pueden ser muy estresantes y aumentar la carga de trabajo, lo que aumenta el estrés laboral, pero se puede resolver con descanso y mejor planeación. El burnout, por otro lado, es provocado por periodos largos y repetidos de estrés laboral, y no se soluciona con unos días de descanso.
Los primeros indicadores del burnout son el agotamiento mental y físico, la despersonalización (momentos en los que funcionamos «con piloto automático», sin pensar) y la insatisfacción personal y laboral. Si no logras recuperarte en un fin de semana o incluso después de unas vacaciones, o te cuesta mucho trabajo concentrarte y no puedes verte subiendo en tu empresa ni logrando metas que tenías al entrar, es posible que sufras de burnout. Como puedes ver, el burnout tiene una relación muy cercana con la depresión y la ansiedad, y su tratamiento, cuando llega a niveles graves, requiere supervisión especializada, como la psiquiatría. Si no se trata, puede llevar a poner en riesgo la vida de las personas, por lo que es súper importante no pasar por alto las señales.
Pon mucha atención a tu cansancio, revisa las primeras señales y no dejes que empeore.
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Nota por: Alejandra Ríos Spínola / Linkedin